martes, 12 de abril de 2011

Cristofobia en España

Cristofobia en España

Mientras el agnóstico es indiferente a cualquier expresión religiosa, el ateo es rabiosamente hostil a ellas. En España, aunque hoy se esconda bajo la aparente liberalidad del término «laicista», no es menos agresivo y airado que en otras épocas o lugares. Para el ateo, la religión es, primero, la causa pasada que explica los males de una sociedad, desde el atraso educativo al maltrato doméstico; segundo, la cree un tipo de engaño, individual o social, pero un camelo en cualquier caso, y tercero, el ateo o cristófobo –que vienen a ser lo mismo– considera la religión un freno para las posibilidades reales de un país.
Eso le lleva, primero, a destruir el pasado histórico tradicional religioso; segundo, a eliminar de la educación y la cultura las expresiones religiosas, y tercero, a expulsar al cristianismo de la vida pública. Es lo que se propaga desde determinadas élites progresistas: ubicadas en medios de comunicación, cátedras, rectorados o productoras televisivas, caricaturizan, deforman y criminalizan a la Iglesia, los curas, los creyentes.
Discurso del odio, de la inquina y de la rabia, que tiene su continuación en la calle: ¿hay algo más lógico que asaltar capillas o atacar iglesias si, a fin de cuentas, representan el atraso, la oscuridad y la represión?
Los creyentes tienen una ventaja que no deben desaprovechar: el ateísmo en España, por muy agresivo y poderoso que sea en partidos políticos y medios de comunicación, es una minúscula minoría ante los millones de creyentes practicantes, muchos más que no lo son, y muchísimos más que se identifican con una cultura y una tradición, que siente suya.
Por eso su gran baza en esta ofensiva contra ellos es hacer visible el carácter cristiano de la nación española, el apego a sus costumbres religiosas y su voluntad de seguir siendo como lo han sido sus antepasados durante siglos.

El padre Cándido Pozo

Escrito por Redactora   
domingo, 10 de abril de 2011
Tenía 85 años, fue miembro de la Comisión Teológica Internacional durante 17 años y siempre sobresalió por su ortodoxia y claridad 
El sábado 9 de abril, en la Málaga, en la comunidad de la Compañía de Jesús en la capital malacitana, falleció Cándido Pozo Sánchez, sacerdote, jesuita, escritor y destacado teólogo. El 3 de diciembre cumplió 85 años. Pertenecía a la Compañía de Jesús desde 1943 y era sacerdote desde 1952.
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El padre Cándido Pozo nació en Cáceres el 3 de diciembre de 1925. Estaba licenciado en Filosofía y en Teología y obtuvo el doctorado en esta segunda disciplina por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Fue autor de numerosos libros, estudios y artículos sobre Teología, con especialidad en Mariología, Teología Fundamental y Escatología. Hablaba varios idiomas.
Fue profesor ordinario en la Facultad de Teología de Granada y en el seminario metropolitano de Toledo, así como en Roma en la Gregoriana y en el Teresianum y en la Facultad de Teología de Burgos.
Asistió como experto teológico a varias Asambleas del Sínodo de los Obispos. Presidió la Sociedad Mariológica de España de 1995 a 2001.
En los últimos años se especuló con la posibilidad de que el Papa lo nombrase cardenal. (ECCLESIA DIGITAL)