Joan Enric Vives, el obispo independentista
La semana pasada hacía
referencia a dos entrevistas que habían concedido dos obispos catalanes, con
unos titulares provocativos, que han creado bastante polémica, especialmente la
de Don Jaume Pujol en TV3, tanto, que ha tenido que pedir disculpas públicas
por sus opiniones sobre el colectivo homosexual. Y es que son muchos los
obispos que necesitarían unas clases rápidas de como tienen que contestar en
las entrevistas televisivas o de otros medios de comunicación para no generar
polémicas estériles y para defender con mayor eficacia la doctrina oficial de
la Iglesia. Pues si no teníamos bastante con aquellas entrevistas, nos
encontramos después con otro jugoso titular y una entrevista que no tiene
desperdicio, me refiero a la que ha concedido el copríncipe de Andorra (que
además es obispo de Urgell), Don Joan Enric Vives al diario catalán (y
nacionalista) El Punt AVUI.
El titular es ciertamente preocupante: "Los
obispos estamos al lado de lo que quiera el pueblo catalán". Esta identificación entre la
voluntad del pueblo catalán y de los obispos catalanes, es terrible, equivale a
decir que si los catalanes votan al tripartito (izquierdoso anticlerical), como
lo hicieron en las dos últimas legislaturas, los obispos han de estar de su
lado, que si los catalanes quieren eutanasia, aborto y disolución de la
familia, los obispos tienen que verlo con buenos ojos porque es la voluntad del
soberano pueblo catalán. Pues no, esta opinión no es de recibo, primero los
obispos tienen que defender la doctrina de la Iglesia aunque la mayoría de los
ciudadanos de ese territorio o país estén en contra, y en segundo lugar ya está
bien que algunos obispos catalanes se metan en política, y concretamente
nacionalista, poniendo la "nación" por encima del magisterio de la
Iglesia católica. Esto ya sucedió con motivo de la aprobación del Estatuto de
Cataluña, que incluía contenidos moralmente inaceptables (como manifestaron
públicamente colectivos católicos como E-cristians y tantos otros). Unos cuantos
buenos y responsables obispos propuesieron una opinión episcopal conjunta
contraria al Estatut, pero se toparon con el "clan nacionalista"
capitaneado por Don Joan Enric (el más nacionalista del actual episcopado
catalán) y algunos otros compinches, lo que obligó a hacer un redactado de
circunstancias para contentar a todos, en el que más o menos se decía: "El
Estatuto es bueno para Cataluña aunque contenga algunos aspectos que no sean
positivos".
Pero es que además el titular en este caso no es engañoso, o
sacado de contexto, todo el mundo tiene claro lo que quiere decir Don Joan
Enric con esas palabras, y es en su opinión el legítimo derecho del pueblo
catalán a proclamar su independencia. Porque el entrevistador le pregunta
explícitamente sobre el tema: "¿Y si el pueblo catalán quiere la
independencia?", a lo que el sucesor del obispo Martí
Alanís (y también de Rodrigo Borgia) responde: "Pues
lo que quiera, si es lo que el pueblo democráticamente quiere".
No acaba aquí su alegato nacionalista, también se le pregunta
sobre la sentencia del Tribunal Constitucional que obligó al recorte del
Estatut, Don Joan Enric está en la misma linea, es decir la voluntad del pueblo
de Cataluña está por encima de la del Tribunal Constitucional: "Es evidente que una vez el país (Cataluña), a través de su
Parlamento, dió el visto bueno, se tenía que respetar la voluntad del pueblo.
Creemos que el pueblo catalán se merece un respeto, y que no lo tuvo es
evidente". Los nexos de unión con el resto de España
tienen su importacia (relativa), lo importante, repite machaconamente el obispo
de Urgell es la voluntad del pueblo catalán: "Los obispos de Cataluña, siempre hemos apostado
por una buena relación con el resto de España, porque nos parece que los lazos
históricos, culturales y sociales son muy grandes, pero es evidente que
nosotros estamos al lado de lo que el pueblo catalán quiera".
Sorprende además que en la entrevista en diversos momentos hable
en nombre de los obispos catalanes, cuando realmente no les representa, sólo representa
su propia opinión. Afortunadamente la mayoría de los obispos catalanes ya no
son nacionalistas y se preocupan de lo que se tienen que preocupar: del pueblo
fiel a ellos confiados y de la Nueva Evangelización, no de ser monaguillos del
gobierno nacionalista de turno.
Don Joan Enric Vives es el ultimo bastión de obispos nacionalistas
que han sido abundantes y nefastos en Cataluña y las Vascongadas. Pero está
prácticamente sólo. Incluso n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach, que siempe he
dicho que es un catalanista moderado (aunque tenga amigos y colaboradores muy
nacionalistas), ha ido diluyendo cada vez más su discurso nacionalista, para
poder fomentar su amistad con sus eminencias Rouco, Cañizares y compañía. Pero
Vives está convencido que apoyado por el poder político nacionalista catalán,
tiene así algunas posibilidades de aspirar a la sede barcelonesa. Yo creo que
en Roma ya no están para más obispos nacionalistas ni experimentos con gaseosa
para Barcelona, pero él sabrá porqué sigue jugando sus cartas de siempre.